De crisis y soluciones
Ya llevamos, no se, como un año y medio sufriendo la crisis más brutal de la historia de la economía nacional y hasta internacional. No se recuerda, ni en la memoria del más anciano del lugar, un desastre económico tan grande.
Y eso es, una vez más, porque en esta sociedad en la que vivimos, nos olvidamos de cualquier cosa que haya ocurrido hace más de dos años, como si la historia se reescribiera cada poco, y se borrara todo lo anterior.
Cierto es que en Onda no se ha vivido un descalabro tan evidente como el que vivimos hoy. No han cerrado tantas fábricas en tan poco tiempo nunca, pero eso ha sido, simplemente, porque no habían tantas. Las crisis se suceden una detrás de otra, unas, si se quiere, más crueles que otras, pero siempre están ahí, acechando.
Lo bueno es que, detrás de una crisis hay una recuperación, y un momento de bonanza que desemboca en otra crisis, que suele ser “la peor de la historia”, por el simple hecho de que nadie recuerda la anterior. Y lo que es peor, la forma de la que se salió de ella y se afrontó la época de bonanza que vivimos hasta hace sólo dos años. Es ridículo, también, achacar a un gobierno local, regional o incluso nacional, los inicios de la situación que se vive hoy.
Todos hemos colaborado para que se desemboque en este erial en el que navegamos estos días, pero no en tres días, ni en tres años, sino en una cantidad de años bastante amplia y que abarca varios gobiernos, varias caídas y subidas y sobre todo, en un par de reescrituras históricas que han borrado de la memoria de todos sucesos anteriores.
“Quien no recuerda su pasado, está condenado a repetirlo”, dijo aquel sabio.
Y nosotros, como buenos estudiantes, estamos dispuestos a olvidarlo en aras de la comodidad y la aparente buena vida que nos permite consumir por encima de nuestras posibilidades.
Y ahora, siendo todos responsables, cargamos contra unos y otros, que tienen no poca culpa, pero a los que hemos ayudado entre todos a llegar hasta aquí.
En otras cosas sí miramos atrás y sí volvemos al pasado más carca y uniforme, pero eso, es otra historia…
Un saludín
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