La Asociación DISADI cumple dos años

La asociación DISADI se fundó hace dos años con una meta muy concreta: conseguir que se reconozca un grave problema que afecta a numerosos niños en nuestra población y que pasa desapercibido a la mayor parte de la población. La dislexia asociada al déficit de inteligencia (enfermedad cuyas iniciales forman el acrónimo de la asociación) está siendo tenida en consideración ahora gracias a la labor informativa de estos padres y madres, que además ponen todo lo que está de su parte para ayudar a sus hijos a superar este duro handicap para progresar en los estudios y en la vida.
Susana Molina y Ana Fornas son las portavoces de DISADI. La hija de Susana fue diagnosticada de dislexia en segundo de primaria, con cuatro años de edad. “Tuvimos suerte”, cuenta Susana, “al estar diagnosticada de manera tan temprana, pudimos poner de nuestra parte para intentar ayudarla desde bien pronto”.
La de Ana no sufre dislexia, pero sí una serie dificultad para retener lo aprendido.
En su caso el déficit de inteligencia está asociado a otra enfermedad, una epilepsia que le impide retener en su memoria la información. Aún así, gracias a los esfuerzos de ambas familias, las niñas van superando los cursos, con dificultad, pero con ganas.
La dislexia se caracteriza por la falta de comprensión de lo escrito, entre otras cosas. El niño afectado es incapaz de entender qué está leyendo ni su significado. Los textos escritos son ininteligibles para ellos y suele escribir de manera invertida, como si fuera un texto reflejado en un espejo.
Sin embargo, son capaces de entender, por ejemplo, el enunciado de un problema si se le lee en voz alta, y el problema de la escritura puede llegar a resolverse con la atención adecuada.
DISADI cuenta con 23 socios en la actualidad, aunque según sus portavoces “cada vez se acercan más personas a interesarse por este problema, porque quizás un niño de la familia presenta síntomas de padecerlo”.
Sin embargo, desde la asociación se demanda “una mayor preparación de los docentes para detectar y tratar el problema”. Ambas se han encontrado, en más de una ocasión, con la incomprensión de los profesores, que no “conocen la dislexia, algunos, sólo han oído hablar de ella, pero no saben ni en que problemas consiste. Es muy triste que una persona que tiene que educar a nuestros hijos no sepa, al menos, detectar el problema”. “Los niños con este problema no son capaces de diferenciar la derecha de la izquierda, y tienen dificultades en cosas tan cotidianas como es abrocharse los cordones de los zapatos”, asegura Ana. “Es bochornoso encontrarse con profesores que humillan a los niños cuando, a cierta edad, necesitan ayuda para hacer esto. La falta de información entre ellos es, sencillamente, vergonzosa”.
Pero la base de este desconocimento no viene por los profesores, sino por la propia legislación. Desde Consellería se despreocupan también del problema, “y no ponen medios para tratarlo”, denuncian las madres.
No hay un protocolo de actuación claro, ni se preparan a los profesores para atender las necesidades de estos alumnos.
Mientras tanto, la asociación se encarga de organizar cursillos de natación, baile y otros que ayuden a la coordinación de movimientos para ayudar a los afectados, sus hijos, a mejorar su percepción espacial y potenciar su concentración.

Comentarios

Juanjo Rubio ha dicho que…
Felicidades a DISADI por su aniversario. Hacen una labor estupenda.