Leído: La última noche de Hipatia, de Eduardo Vaquerizo


Tenía que pasar tras el estreno de Ágora, la película de Amenabar. La figura de Hipatia de Alejandría  se ha convertido en un filón para muchos escritores, cineastas, documentalistas y demás creativos del sector, que han visto como un personaje histórico, importante y que es bastante desconocido para el común de los mortales viaja a la actualidad mediatica.
En defensa de Eduardo Vaquerizo, he de decir que esta novela tiene ya varios años, como él mismo confiesa, y que ha sido retomada no hace mucho, independientemente de la película histórica, porque le apetecía contar esta historia.
También entra en el juego Luis García Prado, editor de Alamut, que ha apostado por esta novela de corte fantástico, pero un gran poso histórico, que se añade a la excelente colección que, tanto desde Bibliopolis como Alamut nos está ofreciendo desde hace años.
La Última Noche de Hipatia nos cuenta cómo fueron los últimos días de la filósofa y científica, sí, pero desde un punto de vista más fantástico.
Junto a ella, vive una mujer joven, vestida como uno de sus discípulos, y que tiene algo que la hace especial: nació varios siglos después de la muerte de la propia Hipatia. Marta, que es su nombre, participa en un experimento para viajar en el tiempo y recabar información sobre el pasado.
Al final, termina compartiendo destino, ya escrito y conocido, con la siempre interesante Hipatia y con la trágica historia de la biblioteca de la legendaria Alejandría, a manos de unos cristianos que olvidaron unos cuantos mandamientos por el camino.
Es una historia contada a fragmentos. Por un lado, la narración de Marta, de cómo se involucra en el experimento, como acaba siendo una de las elegidas para viajar, y como acaba acudiendo a las clases en los jardines de la academia.
Por otro, la narración de otro personaje nos muestra que quizás las cosas no sucedieron exactamente como nos imaginamos. Ambas, alternándose y ofreciendo una visión fragmentada de los sucesos que vamos descubriendo.
Entre ambas, las cartas y apuntes de los personajes claves de la Historia, Cirilo, Orestes...
Sin ser nada confusa, la trama avanza lentamente pero sin pausa, y el desenlace no es para nada inesperado, ya que se ve venir a medida que avanza el relato. Pero no importa, porque el saber hacer de Eduardo ya te tiene enganchado y te dejas llevar.
Como colofón, la edición contiene un pequeño relato con más experiencias temporales, que se lee a modo de epílogo de una historia más extensa y que no desmerece el resto de la obra.
Una buena opción para una lectura entretenida y rápida.
Un saludin

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