Aquellos tiempos...

Hay veces en los que, sin saber por qué, me asalta una bruma de nostalgia. Nostalgia por aquellos locos años 80 en los que Onda bullía con una mágia especial, en la que los chavales de diecipocos reinábamos en las noches de los fines de semana.
Eran noches en las que la música discotequera todavía estaba sufriendo cambios, justo en el momento en el que los pubs atronaban todavía con buen rock nacional.
Tardes de sábado preparándonos para salir y romper la noche, al ritmo de Loquillo, de Rebeldes, de Gabinete...
La música de esa época suele invadirme de vez en cuando, y me siento trasladado a aquellas noches, en las que, irremediablemente, acábamos cantando a voz de grito Cadillac Solitario, La Mataré, Mediterráneo o Tócala Uli.



No existían, para nosotros las discotecas. Los bares, los pubs de pueblo, eran los lugares de reunión, donde, si te animabas un poco y tenías algo de morro, podías ocupar durante un rato la cabina del pinchadiscos, y hacerla tuya.
Y beber de gorra, un extra para disfrutar todavía más aquel momento en el los vinilos eran el arma que utilizaba para mover a los míos. Poco importaba que a otros les pareciera aburrida la sesión, o que quisieran escuchar otras cosas.
Nosotros mandábamos ese rato, y era nuestra música la que sonaba.
Noches de fiesta, de amigos para siempre que se quedan por el camino y de grandes preocupaciones, de esas que con los años ya no eres capaz de ver.
En fin, nostalgia, buena música que vuelve de vez en cuando y grandes momentos con los que, de vez en cuando, es agradable retroceder en el tiempo y recordar.



Un saludín

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